La naturaleza quiere que la amistad sea auxiliadora de virtudes, mas no compañera de vicios.

Si buscas el amigo perfecto, morirás sin conocer la amistad.

Generalmente se dice, y con razón, que el amigo de todos no es amigo de nadie.

No podemos saber el momento preciso en que se forma la amistad. Como una última gota hace derramar el vaso, así un acto bondadoso de una sucesión hace que el corazón se desborde.

En la amistad de la que hablo (las almas) se mezclan y se confunden una en otra en una mezcla tan universal, que ya no encuentran la costura que las ha unido. Si me obligan a decir por qué lo amaba, siento que esto no puede expresarse más que respondiendo: porque era él, porque era yo.

En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.

De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.

Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.

El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.

Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.