En los negocios no existen amigos: no hay más que clientes

Las opiniones son como los clavos: mientras más se golpea contra ellas,más penetran

Para las notas particulares, y que deseo llamen la atención, me punzo los dedos y escribo con mi sangre

Una madre perdona siempre; ha venido al mundo para esto

Todos para uno y uno para todos

Ahora lo que queda es esperar

Los seres queridos que perdemos no reposan bajo la tierra, sino que los llevamos en el corazón.

En política, querido mío, y vos lo sabéis tan bien como yo, no hay hombres, sino ideas; no sentimientos, sino intereses; en política no se mata a un hombre, sino se allana un obstáculo.

No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.

Los amigos que perdemos no reposan en la tierra, están sepultados en nuestro corazón.