El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo.

El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.

Todo cabe en lo breve. Pequeño es el niño y encierra al hombre; estrecho es el cerebro y cobija el pensamiento; no es el ojo más que un punto y abarca leguas.

El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones. Y muere lo mismo: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones.

Es deber aquello que exigimos de los demás.

Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.

Hay dos miradas: La mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre.

¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!

El amor inspira las más grandes hazañas e impide realizarlas.

El infortunio es necesario también para descubrir ciertas minas misteriosas ocultas en la inteligencia humana.