La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político.

Los discursos inspiran menos confianza que las acciones.

Aprendemos, o por inducción o por demostración. La demostración parte de lo universal; la inducción de lo particular.

Es necesario que haya uno o varios principios y aun, en caso de existir uno sólo, que éste sea inmóvil e inmutable.

Es propio del filósofo poder especular sobre todas las cosas.

Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia.

Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.

Los dialécticos y los sofistas, en sus disquisiciones, se revisten de la apariencia de filósofos.

El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito.

Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz.