Para el hombre prudente es más fácil prevenir que remediar

Tened paciencia y tendréis ciencia

Todo lo favorable obradlo por sí; todo lo odioso, por terceros

Cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió

Tan gloriosa es una bella retirada como una gallarda acometida

Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona.

Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos.

El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído.

El excusarse antes de ocasión es culparse.

El no y el sí son breves de decir pero piden pensar mucho.