¡Qué agradable sería un mundo en el que no se permitiera a nadie operar en bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía y poesía griega, y en el que los políticos estuviesen obligados a tener un sólido conocimiento de la historia y de la novela moderna!

Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer lo posible imposible.

Lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento sino la certidumbre.

La historia del mundo es la suma de aquello que hubiera sido evitable.

En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras.

Sé sincero, incluso si la verdad es inconveniente, pues resulta más inconveniente cuando tratas de ocultarla.

Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de escaso valor.

Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.

El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de estos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto de interés y el afecto de otros muchos.

Carecer de algunas de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad.