Los sabios aprenden más de los tontos que los tontos de los sabios

No cesar nunca de aprender y actuar de modo que aumente siempre aquello que sabes: raramente la sabiduría es fruto sólo de la vejez

No dejes escapar nunca aquello que sabes que puede serte útil: las ocasiones tienen el pelo largo delante, pero detrás están calvas

Puedo perdonar todos los errores, menos los míos

Prefiero ver a un joven ruborizarse, que palidecer

A quien sabes que lo necesita no vendas aquello que puedes darle gratis

A quien sabes que no está a tu par, cede momentáneamente: a menudo el vencedor es superado por el vencido

No pierdas el tiempo en discutir con los estúpidos y los charlatanes: la palabra la tienen todos, el buen juicio solo unos pocos

Cuídate de que nadie te odie con razón

Vergüenza es, ¡oh Cátulo!, que tú, a quién incumbe examinar y corregir las vidas de todos nosotros, te dejes seducir de nuestros dependientes