¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! ¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!
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¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! ¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!
El odio es un borracho en el fondo de una taberna, que constantemente renueva su sed con la bebida
Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al león
La música excava el cielo
Solo son grandes entre los hombres el poeta, el sacerdote, el soldado. El hombre que canta, el hombre que sacrifica y que se sacrifica. El resto es digno del látigo. Desconfiemos del pueblo. del buen sentido, del corazón. de la inspiración y de la evidencia
El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual
¿En qué puede perjudicarle a una mujer su necedad?
El hombre de genio ha de obtener lo que necesita para no depender de nadie. Mas si obtenida esta tranquilidad pierde el tiempo en aumentar su fortuna, no es un hombre de genio, sino un miserable
Lo que es creado por el espíritu es más vivo que la materia
Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras: inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara