Los hombres de estado son como los cirujanos: sus errores son mortales

Lo más horrible de este mundo es la justicia separada de la caridad

Nada es verdaderamente grave para los seres incapaces de amar

No siento el menor deseo de jugar en un mundo en el que todos hacen trampas

Cada uno somos un desierto

La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente

No confundáis a Jesús, el maestro, con los pobres hombres que le siguen de lejos. No esperéis que su inconsecuencia pueda serviros eternamente de excusa

Nuestra vida vale lo que nos ha costado en esfuerzo.

El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

"Dime lo que lees y te diré quién eres", es cierto, pero te conoceré mejor si me dices lo que relees.