Frases de Henri-Frédéric Amiel

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El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón.

Una manera laboriosa de no ser nada, es serlo todo; de no querer todo; de no querer nada, es quererlo todo.

La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir.

Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos.

No esperemos a ser buenos y cordiales. Apresurémonos ya desde ahora a alegrar el corazón de nuestros compañeros durante la corta travesía de la vida.

La era igualitaria es el triunfo de la mediocridad. Es desagradable, pero inevitable, y constituye una venganza del pasado. La humanidad, después de haberse constituido sobre la base de las diferencias individuales, se organiza ahora sobre la de sus semejanzas.

Nuestro deber es ser útiles, pero no como quisiéramos, sino como podamos.