Frases de Hermann Hesse
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En aquella época encontré un extraño refugio. Por "casualidad", como suele decirse. Pero esas casualidades no existen. Cuando alguien necesita algo con mucha urgencia y lo encuentra, no es la casualidad la que se lo proporciona, sino él mismo. El propio deseo y la propia necesidad conducen a ello
Lo patético y trágico en la suerte de este Odiseo no era para nostros lo que había sufrido, sino lo que aún le esperaba y a cuyo encuentro iba a pesar de todo con enteraza y sin ilusiones
Una y otra vez se aferra uno a las cosas a las que ha tomado cariño y piensa que se trata de fidelidad, pero es solo pereza
La desesperación es como un río; en una orilla están los niños; en la otra los hombres maduros, los que han despertado ya de su letargo. Todos los sentimientos son buenos, óptimos, también el odio, también la envidia, también los celos, también la crueldad
Siempre ha sido así y siempre será igual, que el tiempo y el mundo, el dinero y el poder, pertenecen a los mediocres y superficiales, y a los otros, a los verdaderos hombres, no les pertenece nada. Nada más que la muerte
Observa bien a un hombre y sabrás de él más que él mismo
Sin el animal que habita dentro de nosostros somos ángeles castrados.
No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos.
Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible.
He sido un hombre que busca y aun lo sigo siendo, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino en las enseñanzas de mi sangre.