Frases de Honoré de Balzac

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La pasión es el humanismo universal. Sin ella la religión, la historia, el amor y el arte serían inútiles.

Si el amor es la primera entre todas las pasiones, es porque halaga todas las demás.

La adulación nunca viene de parte de un espíritu elevado; ella es propia de los ánimos mezquinos, que acaban por empequeñecerse aún más con el fin de penetrar dentro de la esfera vital de la persona, en torno de la cual gravitan.

El placer es como ciertas sustancias medicinales: para obtener constantemente los mismos efectos, hay que doblar la dosis, y la última conlleva la muerte o el embrutecimiento.

No escuchar al que nos habla, no sólo es falta de cortesía, sino también menosprecio. Atiende siempre al que te hable; en el trato social nada hay tan productivo como la limosna de la atención.

A ninguna mujer le gusta escuchar el elogio de otra mujer; en tales casos se reservan su opinión con el fin de agriar un poco la alabanza.

El matrimonio es un combate a ultranza, antes del cual los esposos piden la bendición de Dios, porque amarse para siempre es la más temeraria de las empresas.

Las grandes pasiones amorosas comienzan con una copa de champagne y terminan con una taza de té.