Frases de Jean-Jacques Rousseau

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Nuestras controversias parecerán tan raras a las edades futuras, como las del pasado nos han parecido a nosotros

Así pues, de cualquier modo que se consideren las cosas, el derecho de esclavitud es nulo, no sólo porque es ilegítimo, si que también porque es absurdo y porque nada significa

¡Qué sublimidad en sus máximas! ¡Qué profunda sabiduría en sus discursos! ¡Qué presencia de mente, qué sutileza, qué idoneidad, en sus respuestas! ¡Qué grande el dominio sobre sus pasiones! ¿Dónde está el Hombre, dónde el filósofo, que pudiera vivir así y morir así, sin debilidad, y sin ostentación?

Jamás he conocido las pasiones más odiosas, nunca ha invadido mi corazón la envidia, la maldad, ni la venganza... en ocasiones la ira, pero no soy muy hábil y jamás guardo rencor

El honor de un Hombre no está en mano de los demás; está en nosotros mismos y no en la opinión pública. No se defiende con la espada ni con el escudo, sino con una vida íntegra e intachable

Si se investiga en qué consiste precisamente el mayor bien de todos, que debe ser el fin de todo sistema de legislación, se hallará que se reduce a estos dos objetivos principales: la libertad y la igualdad

El Hombre que no conoce el dolor no conoce ni la ternura de la humanidad ni la dulzura de la conmiseración

No basta que una esposa sea fiel, es menester que su marido, sus amigos y sus vecinos crean en su fidelidad

Para hacer escuchar lo que decimos, es necesario ponerse en el lugar de aquellos a quienes uno se dirige