Y para los amantes su amor desesperado podrá ser un delito... pero nunca un pecado

Y así brota en el alma la rebelión de un sueño que es como un perro arisco que le gruñe a su dueño

No, nada llega tarde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren

Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible, como un sueño que nunca lograré realizar y el lejano perfume de mi amor imposible rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás

El amor... esa estrella de una sombra infinita aunque muera cien veces... cien veces resucita

Cuando todos los astros se apaguen en el cielo, cuando todos los pájaros paralicen el vuelo cansados de esperarte, ese día lejano yo te estaré esperando todavía

Y así, las dos orillas, tu corazón y el mío, pues, aunque las separa la corriente de un río, por debajo del río se unen secretamente

Espero tu sonrisa y espero tu fragancia por encima de todo, del tiempo y la distancia

Leyendo un libro, un día, de repente, hallé un ejemplo de melancolía: Un hombre que callaba y sonreía, muriéndose de sed junto a una fuente