Cuando la ley se convierte en injusta, no se aplicará, ni tan siquiera el juez tiene el derecho de imponerla, porque ante la necesidad de mantener la justicia, deben ceder todas las leyes y humanas convenciones, y es lícito apartarse de lo dispuesto, es decir, porque primero es otorgar justicia a los ciudadanos que imponerles implacablemente una ley