¡Música! Melancólico alimento para los que vivimos de amor
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¡Música! Melancólico alimento para los que vivimos de amor
Mi conducta de lector, tanto en mi juventud como en la actualidad, es profundamente humilde. Es decir, te va a parecer quizá ingenuo y tonto, pero cuando yo abro un libro lo abro como puedo abrir un paquete de chocolate, o entrar en el cine, o llegar por primera vez a la cama de una mujer que deseo; es decir, es una sensación de esperanza, de felicidad anticipada, de que todo va a ser bello, de que todo va a ser hermoso
Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo
Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.
Hacés mal en ilusionarte, yo estoy lejos de todo. Tan lejos que me da asco.
Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás.
Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas.
En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento.
Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.
La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.