El valor, como las demás virtudes, tiene sus límites

Solamente trabajamos para llenar la memoria, dejando vacías la inteligencia y la conciencia

Incluso en el trono más alto, uno se sienta sobre sus propias posaderas

Cuando nos falta la razón, hacemos uso de la experiencia

Los juegos de los muchachos no son tales juegos; antes bien, deben considerarse como sus acciones más serias

No ha de maravillarnos que el azar pueda tanto sobre nosotros partiendo de que vivimos por azar

Muchas veces es mejor perder la viña que pleitear por ella

Cada uno de nosotros es más rico de lo que se imagina; sin embargo, se nos amaestra en el arte de pedir prestado y mendigar; nos enseñan a servirnos de los otros más que de nosotros mismos

El hombre sabio no lo es en todas las cosas.

Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara.