Ninguna fuerza doma, ningún tiempo consume, ningún mérito iguala, el nombre de la libertad

Las acciones del príncipe deben tener grandeza, valor, prudencia, fortaleza y ser irrevocables

Un gobernante eficaz no debe tener piedad

Un príncipe que tenga una ciudad fuerte y que no sea odiado por su pueblo no puede ser atacado

Cuando los estados que se conquistan están acostumbrados a vivir en libertad, hay tres formas de conservarlos: destruirlos, vivir allí personalmente o dejar que sigan viviendo con sus leyes

No se debe confundir el ser con el deber ser, la política es algo

Un príncipe no debe tener otro objetivo ni otra preocupación, ni debe considerar como suya otra misión que la de la guerra

La única buena, segura y duradera defensa es la que depende del propio príncipe y de su valor

En tiempos de paz hay que pensar en la guerra

Los ejércitos mercenarios y los auxiliares son inútiles y peligrosos