Nadie sabrá mandar si no aprende a obedecer antes; ni será buen jefe si no sabe servirse a sí mismo. El buen jefe ha de poder realizar un trabajo mejor que el de los subordinados

Ejerce autoridad. Que tu presencia suponga siempre autoridad. Para conseguirlo has de tener perfecto dominio de ti mismo

No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma

Jamás te niegues a aceptar el premio de tu trabajo. El que se niega es más vanidoso que el que acepta; sabe que así dará más que hablar

Cumplir y terminar todo el trabajo del día de hoy es el mejor modo de preparar y cuidar el día de mañana

Contemplar cómo los demás trabajan es una manera muy sana de amar el trabajo

Rechaza enérgicamente toda sombra de melancolía. Nunca es más apropiada la palabra «sombra». Sí, la melancolía es una sombra que nos impide gozar de una luz y del calor del sol

Siempre que tengas una queja contra alguien, no la formules hasta dos días después, cuando la pasión se haya desvanecido ya. Bajo el efecto de una pasión se obra con menos inteligencia

Todas las profesiones son envidiables; lo único pesado es ejercerlas

Lo mismo que exigiríamos de un colaborador eficaz será el secreto de nuestra eficacia. Lo fijamos en doce puntos, así: silencio, orden, repetición, resolución, frugalidad, laboriosidad, sinceridad, justicia, observación, limpieza, calma y humildad. La falta de cada una de esas condiciones es un defecto personal en nuestro trabajo, que hemos de combatir en nosotros y evitar en nuestros colaboradores