La deuda social exige la realización de la justicia social. Juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, las Iglesias y demás organizaciones sociales

El odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida

El amor que propone Jesús es gratuito e ilimitado y por ello muchos consideran, a Él y su enseñanza, un delirio, una locura y prefieren conformarse con la mediocridad ambigua

El amor aleja de las ideologías

Dios no quiere una casa construida por el hombre, sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu

Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación

El Señor no se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón

No soportamos vernos débiles. El diálogo y la búsqueda de las verdades que nos llevan a construir un proyecto común implican escucha, renuncias, reconocimiento de los errores, aceptación de los fracasos y equivocaciones ... implican aceptar la debilidad

Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen "Herodes" que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer

Debe exigirse la distribución de la riqueza