La primera máxima de todo ciudadano ha de ser la de obedecer las leyes de su país

No hay espíritu, por necio y grosero que sea, incapaz de adquirir las más altas virtudes si se le conduce como es menester

Debemos creer todo lo que Dios ha revelado, aunque pueda superar el alcance de nuestras facultades

Todo lo complejo puede dividirse en partes simples

No hay nada que esté enteramente en nuestro poder más que nuestros pensamientos

La duda sistemática como principio del conocimiento

Para mejorar nuestro conocimiento debemos aprender menos y contemplar más

Cuando uno emplea demasiado tiempo en viajar, llega a ser finalmente extranjero en su propio país

La alegría que nace del bien es seria, mientras que la que nace del mal va acompañada de risas y burlas

Los viajes sirven para conocer las costumbres de los distintos pueblos y para despojarse del prejuicio de que sólo en la propia patria se puede vivir de la manera en que uno está acostumbrado