Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.

La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.

Mostrarse asustado sin motivo aparente es dar a conocer que se tiene razón de temer.

El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.

Jamás se descubriría nada si nos considerasemos satisfechos con las cosas descubiertas.

Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.

Pesa las opiniones, no las cuentes.

Si os sujetáis a la naturaleza, nunca seréis pobres; si os sujetáis a la opinión, nunca seréis ricos.

Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.

El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de soportar el odio.