El amor a la libertad es amor al prójimo; el amor al poder es amor a sí mismo

Un buen carácter vale tanto como un buen patrimonio

En cuanto una persona carece de delicadeza, te tiene en su poder

Nunca emplearemos más acertadamente nuestros vicios que en combatir a los unos y a los otros

Las personas hábiles son los instrumentos con que trabajan los viles

El genio, al igual que la humanidad, se oxida por falta de uso

El silencio es el gran arte de la conversación

El prejuicio es el hijo de la ignorancia

Un apodo es la piedra más dura que el diablo puede arrojar a una persona

Grandes hechos suelen ser forjados con grandes riesgos