Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos:que el estado quien ha de aplicarlas debe ser libre; que sus ciudadanos han de estar unidos y que éstos han de ser cultos ¿no es así?

El menor de los males de nuestra civilización es la indiferencia y el mayor la violencia y ahora nos movemos inevitablemente entre ambos polos negativos

Estamos llegando al fin de una civilización, sin tiempo para reflexionar, en la que se ha impuesto una especie de impudor que nos ha llegado a convencer de que la privacidad no existe

Pronto, habrá una brecha tan grande entre pobres y ricos, que el caos estallará y será el colapso de otra gran civilización

La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona

¿La civilización Occidental? Bueno, sería una excelente idea.

Como los individuos, las naciones nacen y mueren; pero la civilización no puede morir.

El camino de la civilización está pavimentado con envases de hojalata.

Las ciudades son el abismo de la especie humana.

De la misma manera que ha habido estados-nación, habrá naciones-relación. De la misma manera que ha habido fronteras que separaban y diferenciaban, habrá fronteras que distinguirán y unirán, y que no distinguirán más que para unir.