Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón.

Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él.

A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa.

Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.

El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.

Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos.

Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.

Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón.

Mientras que el corazón tiene deseo, la imaginación conserva ilusiones.

El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón.