Me he dado cuenta de que la mayoría de la gente está demasiado preocupada con su propia vida para dedicar a los demás el menor pensamiento.

Nadie es nunca secundario para sí mismo.

Después de mi, el Diluvio.

Los grandes egoístas son el plantel de los grandes malvados.

Hay personas que se consolarían hasta del fin del mundo, con tal de que ellas lo hubiesen anunciado.

El egoísmo es el único ateísmo verdadero; el anhelo y el desinterés, la única religion verdadera.

Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo.

Un egoísta es aquel que se empeña en hablarte de sí mismo cuando tú te estas muriendo de ganas de hablarle de ti.

El egoísta se ama a sí mismo sin rivales.

Hay otro linaje de escépticos muchos más terribles, si cabe, que los que creen que todo es materia; todavía queda el caso de aquel escéptico para quien todo se reduce a su propio yo.