En efecto, la generación y la destrucción se dan en los contrarios

Nos enfrentamos a un valiente y habil oponente y, si puedo decir tal cosa a través de la destrucción de la guerra, a un gran general

Es más fácil guardarse de un enemigo que de un amigo

Es el peor enemigo el que aparenta no poder causar daño, porque intenta, inspirando confianza, asegurar su golpe de venganza

El enemigo principal de cada uno de los pueblos está en su propio país

No se le puede dar la mano a quien tiene el puño cerrado

No podemos subestimar al adversario en ninguna batalla, ni en la guerra ni en la política. Al adversario hay que darle su justo peso

Cuando estrechaba la mano del monárquico francés, sabíamos de sobra que ambos sentiríamos una gran satisfacción viendo ahorcado al otro socio

Perdona a tus enemigos, pero no olvides sus nombres

Si sabes que tu cuerpo es tu enemigo, y enemigo de la gloria de Dios, al serlo de tu santificación, ¿Por qué le tratas con tanta blandura?