Cuando naces en una familia numerosa no te queda más remedio que espabilar y ser fuerte

Sin una familia, el hombre, sólo en el mundo, tiembla de frío

No heredamos la tierra de nuestros antepasados. La legamos a nuestros hijos

No tiene el mundo flor en tierra alguna, ni el mar en ninguna bahía perla tal, como un niño en el regazo de su madre

El padre debe ser el amigo y el hombre de confianza de sus hijos; no el tirano

Si no existieran hijos, yernos, hermanos y cuñados, cuántos disgustos se ahorrarían los jefes de Gobierno

Feliz quien puede dormir sin miedo ni remordimiento, en el lecho macizo y venerable de sus padres, donde todos los suyos nacieron y murieron también

Lo que habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso, o no será vuestro

Los lazos de sangre ligan, pero no son suficientes para que otro lleve nuestra carga

La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los años más borrascosos de la juventud