La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
Ser o no ser; ésta es la cuestión: ¿es de más noble espíritu sufrir las arremetidas y los dardos de la adversa fortuna, o, por el contrario, empuñar las armas contra un mar de adversidades, y terminar con ellas haciéndoles frente? Morir: dormir; nada más.
El destino tiene dos maneras de herirnos: negándose a nuestros deseos y cumpliéndolos.
Saber envejecer es la obra maestra de la cordura y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir.
Hacer con facilidad lo que es díficil a los demás: esto es el ingenio. Hacer lo que es imposible a las personas de ingenio: esto es el genio.
Nuestro deber es ser útiles, pero no como quisiéramos, sino como podamos.
La era igualitaria es el triunfo de la mediocridad. Es desagradable, pero inevitable, y constituye una venganza del pasado. La humanidad, después de haberse constituido sobre la base de las diferencias individuales, se organiza ahora sobre la de sus semejanzas.