Cada guerra es una destrucción del espíritu humano.

La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz.

No puedo creer que me condecoren. Yo creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras.

En las amarguras desearéis la dulzura, y en la guerra, la paz.

Estar preparados para la guerra es uno de los medios más eficaces para conservar la paz.

No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre.

El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad.

Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.

Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.

El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.