En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.

Cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio.

El caballo conoce por la brida al que lo guía.

Cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar.

Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.

No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven.

Sólo hay una máxima absoluta y es que no hay nada absoluto.

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

La evidencia es la más decisiva demostración.

El equilibrio mental, juicio recto, valor moral, audacia, resistencia, forma de tratar al prójimo y cómo sacar el mayor bien de los contratiempos son cosas que no se aprenden en la escuela.