El orgullo es una forma de egoísmo.

De la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble.

Aunque el orgullo no es una virtud, es padre de muchas virtudes.

El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.

Entre todos los vestidos que yo he visto poner al orgullo, el que más me subleva es el de la humildad.

Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas.

Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.

Mucho más que los intereses es el orgullo quien nos divide.

Si no se modera tu orgullo, él será tu mayor castigo.