Es preciso que tú y yo tomemos la resolución de no faltar nunca a la oración diaria. Digo: diaria, hijas mías, pero si pudiese, diría: no la dejemos nunca

El reino de los cielos está dentro de vosotros

Yo sería de aquella religión que no me hiciera tonto

Denme un hombre de oración, y será capaz de todo

Amemos a Dios, hermanos míos, amemos a Dios, pero que ésto sea a costa de nuestros brazos, que esto sea con el sudor de nuestros rostros

Puede usted decir si llegasen a matarme que perdono y bendigo a quienes lo hagan. Ojalá si, se convencieran que perderán su tiempo. Un Obispo morirá pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás

La oración es para el alma lo que el alimento es para el cuerpo

Yo no soy católico, ni protestante, ni ateo. Soy librepensador

Después del soberano amor de Dios, la segunda cosa que Dios les pide, es que se amen mutuamente como hermanas que Él unió con lazos de su amor

Jesús, sé mi guía, condúceme