Mostrarse asustado sin motivo aparente es dar a conocer que se tiene razón de temer.

El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas tranquilas.

Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros.

Teme a quien te teme, aunque él sea una mosca y tú un elefante.

Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla.

El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.

El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.

Siempre se ha de conservar el temor, más jamás se debe mostrar.

No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo.

Quien todo lo puede ha de temerlo todo.