No hay desgracias para los corazones débiles. La desgracia quiere un corazón fuerte.
Mostrando de la 1 a la 3 de 3 frases de Fiódor Mijáilovich Dostoyevski.
No hay desgracias para los corazones débiles. La desgracia quiere un corazón fuerte.
Enamorarse no es amar. Puede uno enamorarse y odiar.
Si queréis estudiar a un hombre no prestéis atención al modo en que calla, o habla, o llora, ni siquiera en que es conmovido por las nobles ideas. Miradle más bien cuando ríe.