La libertad es la obediencia a la ley que uno mismo se ha trazado.
Mostrando de la 141 a la 145 de 145 frases de Jean-Jacques Rousseau.
La libertad es la obediencia a la ley que uno mismo se ha trazado.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde.
La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.
Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.
Los remordimientos se adormencen en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos.
Las ciudades son el abismo de la especie humana.
El hombre padece pocos males, si se esceptuan los que él mismo se atrae por el abuso de sus facultades.
El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada.
Trabajar constituye un deber indispensable para el hombre social. Rico o pobre, poderoso o débil, todo ciudadano ocioso es un ladrón.