Morir, morir... Morir no es nada. Empieza pues por vivir. Es más divertido y más largo.
Jamás mueren en vano los que mueren por una causa grande.
Cuando vienes al mundo, lloras. Cuando mueres, el mundo calla.
Mientras pensaba que estaba aprendiendo a vivir, he aprendido cómo morir.
No me asusta morir "un día", me asusta morir hoy.
Los placeres son como los alimentos: los más simples son aquellos que menos cansan.
La autoridad de la moda es tal, que nos obliga a ser ridículos para no parecerlo.
No basta con arrepentirse del mal que se ha causado, sino también del bien que se ha dejado de hacer
La autoridad de la moda es tal que nos obliga a ser ridículos para no parecerlo
Cuando uno está dominado por el lujo, la privación de lo superfluo le es casi tan sensible como la falta de lo necesario