Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.
Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?.
El tictac de los relojes parece un ratón que roe el tiempo.
El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto.
El tiempo es un niño que juega como un niño. Yo soy uno pero contrapuesto a mí mismo soy joven y viejo al mismo tiempo.
Yo no tengo idea, sólo tengo palabras y silencios.
Ningún amor puede sustituir al amor.
Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.
Luché por mi cuenta, con todas mis fuerzas, cada día, contra el horror de no comprender ya en absoluto el por qué de recordar. Y como tú, he olvidado
En aquel período de mi primera soledad ya había descubierto que lo que tenía que hacer era escribir. Raymond Quesear me lo había confirmado. El único principio de Raymond era este: Escribe, no hagas nada más