La desconfianza es madre de la seguridad.
Debemos desconfiar unos de otros. Es nuestra única defensa contra la traición.
Desconfía de la persona que lo ve todo bien, y de aquel que lo ve todo mal.
La desconfianza es una señal de debilidad.
Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido.
No hay desesperación tan absoluta como la que sobreviene en los primeros momentos de nuestra primera gran tristeza, cuando todavía no sabemos lo que es haber sufrido y recibir alivio, haber desesperado y recobrar la esperanza.
El coraje es estar dispuesto a luchar por una causa incluso cuando se está seguro de que se va a perder. Hay muchas victorias peores que la derrota.
Examinad bien vuestras palabras y encontrareís que, aun cuando no teneis ningún motivo para ser falsos, es muy dificil decir la verdad exacta.
Nadie puede ser sensato con el estómago vacío.