Cuando una medicina no hace daño deberíamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo.
La medicina ha prolongado nuestra vida, pero no nos ha falicitado una buena razón para seguir viviendo.
Los médicos trabajan para conservarnos la salud, y los cocineros para destruirla, pero estos últimos están más seguros de lograr su intento.
Cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto.
Casi todos los médicos tienen sus enfermedades favoritas.
Muchos que se adelantaron a su tiempo tuvieron que esperarlo en sitios poco cómodos.
Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
La ignorancia humana no permanece detrás de la ciencia, crece tan rápidamente como ésta.
Cuando el agua te llega al cuello, no te preocupes si no es potable.
¿Significa progreso el que el antropófago coma con cuchillo y tenedor?