El perro sabe, pero no sabe que sabe.
Amo a los perros porque nunca le hacen sentir a uno que los haya tratado mal.
Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.
Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro.
Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Quien no buscó amigos en la alegría, en la desgracia no los pida.
La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.
La conciencia es, a la vez, testigo, fiscal y juez.
A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos.