El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan sólo el principio pasivo.
Gobierna tu casa y sabrás cuánto cuesta la leña y el arroz; cría a tus hijos, y sabrás cuánto debes a tus padres.
Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.
Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor.
El padre debe ser el amigo, el confidente, no el tirano de sus hijos.
Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van.
La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro.
El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios está viejo, irreparablemente.
El ambicioso quiere ascender, hasta donde sus propias alas puedan levantarlo; el vanidoso cree encontrarse ya en las supremas cumbres codiciadas por los demás.
Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente.