El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan sólo el principio pasivo.
Gobierna tu casa y sabrás cuánto cuesta la leña y el arroz; cría a tus hijos, y sabrás cuánto debes a tus padres.
Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.
Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor.
El padre debe ser el amigo, el confidente, no el tirano de sus hijos.
Sepan los jovenes que dado el gran número y variedad de pecados que por todas partes nos acechan, requiere más discrección y constancia evitar el mal, que mantenerse en el bien.
No hay cosa por fácil que sea, que no la haga difícil la mala gana.
Lo comprado al precio de muchos ruegos, es caro.
No esperes que tu amigo venga a descubrirte su necesidad; ayúdale antes.
No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.