Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.
La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento. Son los que saben poco, y no los que saben más, quienes afirman tan positivamente que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia.
El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.
Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta.
Cuando se viaja en avión solamente existen dos clases de emociones: el aburrimiento y el terror.
La falsedad es tan antigua como el árbol del Edén.
Estamos solos, vivimos solos y morimos solos. Solo a través del amor y la amistad podemos hacernos la ilusión, por un momento, de que no estamos solos.