La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
Es mucho más fácil arrepentirnos por los pecados que hemos cometido, que arrepentirnos de los que tenemos la intención de cometer
La mayoría de las personas se arrepienten de sus pecados dando gracias a Dios por no ser tan malo como sus vecinos