El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar.
El trabajo aleja de nosotros tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.