Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.
Creemos, sobretodo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.
Somos aquello en lo que creemos.
El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.
Las lágrimas son tal vez los amigos más desinteresados de nuestra vida
La muerte es la congelación del tiempo. El tiempo es el deshielo de la muerte
En la vida, el primero y el último maestro es el vivir mismo, con riesgos y sin reservas