Hay una cierta honradez, una cierta sinceridad, que pertenece al género indisimulable.
Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible la unión.
No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón.
Nunca cierres los labios a quienes has abierto el corazón.
Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía.
Únicamente nos ayuda aquel que nos hace comprender que las cosas pierden para nosotros su valor ficticio y su poder tiránico, tan pronto como llegamos a libertar de ellas nuestro espíritu.
La diferencia entre lo sutil y lo vulgar no está más que en tu ignorancia.
Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.
No es el martillo el que deja perfectos los guijarros, sino el agua con su danza y su canción.
La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.