Sepan los jovenes que dado el gran número y variedad de pecados que por todas partes nos acechan, requiere más discrección y constancia evitar el mal, que mantenerse en el bien.
El pecado ofende a Dios lo que perjudica al hombre.
Hay mucha gente que piensa que el domingo es una esponja que limpia los pecados de toda la semana.
La mayoría de los pecadores pasan su vida ofendiendo a Dios y confesándose.
¡Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!
Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna.
La mitad está hecha cuando tienen buen principio las cosas.
No es vencido sino el que cree serlo.
A quien dices el secreto das tu libertad.
Saludable es al enfermo la alegre cara del que le visita.