Todo error deja una enseñanza, toda enseñanza deja una experiencia y toda experiencia deja una huella.
Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas.
Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
La mayor parte de la gente confunde la educación con instrucción.
Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un ¨te quiero¨, siempre habrá un amigo.
La alegría, cuanto más se gasta más queda.
En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.
El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad.
Nadie debe viajar hasta que no haya aprendido el idioma del país que visita. De lo contrario se convierte voluntariamente en un bebé, tan indefenso y ridículo.